Curiosidades de la historia (II)

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“Historia es, desde luego, exactamente lo que se escribió, pero ignoramos si es lo que sucedió”

Enrique Jardiel Poncela

1 – Navegar como un burro

Es bien sabido la importancia que tenía en la Antigua Mesopotamia la navegación para el desarrollo de su comercio. Por ello durante muchos años tenían que lidiar con la dificultad de navegar contracorriente hasta que al fin dieron con la solución para lograr regresar a casa del modo más sencillo posible; idearon, y llevaron a cabo, la creación de unos botes desechables en los que transportaban, además de las mercancías, un burro. De este modo al llegar a destino vendían la madera que se había empleado en la fabricación de los botes y estaban listos para regresar a lomos de su compañero de viaje.

2 –  El político más justo de la historia

Allá por el siglo VII antes de nuestra era vivió Zaleuco de Locris, uno de los primeros legisladores griegos. Famoso no solo por su honradez, sino también por su ingenio.

Con el fin de llevar a la ciudad de Locris a profundos cambios, famosa por su ostentación y suntuosidad llevó a cabo una serie de edictos; las mujeres libres únicamente podrían ir acompañadas de una sirvienta, a excepción de que fuesen bajo los efectos del alcohol. Tampoco podían abandonar la ciudad por las noches a excepción de que fuesen a cometer adulterio. También se las ingenió para evitar las ropas doradas y la ostentación de alhajas; prohibido para las mujeres excepto si eran prostitutas y prohibido igualmente para los hombres excepto en el caso de que fueran a cometer adulterio o a frecuentar los servicios de una prostituta.

Pero la sentencia más famosa la sufrió en sus propias carnes cuando su hijo fue condenado por un delito de adulterio y robo, cuya pena sería la pérdida de ambos ojos. Pese a que el pueblo pidió a Zaleuco el perdón para su propio hijo; así sentenció que tan solo lo castigaría a medias, le sacaría un único ojo debido a que él mismo también debía de pagar la mitad de la pena al haber debido educar mejor a su hijo.

3 – El milagroso jarabe de la señorita Winslow

Durante el siglo XIX se hizo muy popular un jarabe con el fin de bajar la fiebre a los niños. Poco tardó en adquirir gran fama el ingenio de Charlotte Winslow, cuyos efectos eran mucho más potentes que los que usamos en la actualidad. El problema consistía en que estaba hecho de morfina pura, cloroformo y heroína.

En 1911, tras años de polémicas, la American Medical Association publicó un estudio en el que denominaba a este jarabe como el “asesino de bebés”. A pesar de ello tuvieron que pasar algunos años hasta que fuera erradicado por completo.

4 – El peor trabajo de la historia

La labor del “groom of the stool”, lo que literalmente se traduce como “novio de las heces”, es ejercer, básicamente, de limpiaculos. Como bien puede suponerse era un servicio solo al alcance de las más altas capas en general, y de los monarcas en particular.

El trabajo se llevaba a cabo limpiando las partes íntimas una vez el monarca en cuestión defecase. Y en contra de lo que pudiera creerse dicha labor estaba bastante disputada entre… las familias nobles. El hecho de compartir momentos de tan distinguida intimidad convertía a estos tipos en confidentes reales y en ocasiones en sus propios secretarios.

Uno de los más famosos “limpiaculos” de la historia fue Sir Henry Norris, que se dedicó con tanto ahínco a la labor encomendada que llegó a perder la cabeza, literalmente; ejerció durante el reinado de Enrique VIII y murió decapitado tras ser acusado de adulterio con Ana Bolena.

5 – Comida rápida en el periodo clásico…

Hoy día no nos son ajenos establecimientos como Burger King o Telepizza, pero lejos de lo que podríamos suponer en la Antigua Roma tuvieron un gran éxito los suyos propios y cuyos nombres nos han llegado hasta nuestros días; “Thermopolium” y “La Caupona

Mientras que la primera tenía una amplia barra de mármol en forma de ele sobre la que se presentaban varios recipientes de barro con guisos y temperaturas óptimas, el segundo estaba especializado en bebidas y alimentos fríos.

6 – … y máquinas expendedoras

Como la que inventó Herón de Alejandría en Egipto en el siglo I de nuestra era; esta consistía en un recipiente con una ranura en su parte superior sobre la que introducir una moneda que al caer accionaba un mecanismo que permitía salir el agua que se almacenaba en su interior.

7 – La cena más cara de la historia

Se cuenta que Cleopatra, trató de impresionar al enviado de Julio César, Marco Antonio, apostando que era capaz de cenarse diez millones de sestercios (una cifra altísima hasta para nuestros días).

En la cena se fueron sucediendo los manjares, pero nada parecía sorprender a Marco Antonio ni alcanzar la cifra estipulada. Por lo que Cleopatra se dirigió al juez de la contienda y le preguntó cuánto podrían valer las perlas que portaba en el collar de su cuello. Calculando este que unos cinco millones de sestercios cada una. Fue lo que llevó a que la reina echara una de las perlas en una copa con vinagre y bebérsela tras disolverse en el líquido.

No fue necesario beberse la segunda; Marco Antonio se dio por vencido.

8 – El reo al que debemos nuestra dentadura

En 1780 era encarcelado William Addis tras unos disturbios callejeros. El presidiario no parecía muy contento con los trapos que le proporcionaban para lavarse los dientes; en aquella época era costumbre hacerlo frotándolos con una tela de lino con sal. Así que se puso manos a la obra con el fin de buscar una alternativa más higiénica; se guardó un hueso de la cena y se hizo con unas cerdas que incrusto en unas incisiones que hiciera en el hueso previamente.

Una vez cumplida condena fundó la compañía Addis, aún vigente, y comenzó a comercializar su utensilio.

9 – Un lepero, rey de Inglaterra (y no es un chiste)

Juan de Lepe fue un marino onubense, y de Lepe para ser más concretos cuyas aventuras y desventuras le llevaron a estar íntimamente ligado al rey de Inglaterra Enrique VII, llegando a ser su confidente y bufón personal.

Tanto era así que se pasaban las tardes jugando a las cartas o al ajedrez en la que realizaban algún tipo de apuesta, no muy grande por otra parte debido a que la fama de tacaño del monarca era conocida en todo el reino. Hasta que un día, pensando que su vasallo se echaría atrás, se jugó las rentas de un día de toda la nación a una mano… y para su desgracia fue aceptada.

Nuestro protagonista venció y fue rey de Inglaterra durante un día; se dio una gran fiesta en su nombre y aprovechó para llenarse los bolsillos, fortuna que decidió disfrutar en su lugar de origen una vez falleció el intrépido rey.

10 – Una ley antitabaco algo exagerada

Corría el año 1492 cuando el marinero Rodrigo de Jerez se topó con unos indígenas del Nuevo Mundo que disfrutaban de inhalar ciertas hierbas secas envueltas en una hoja con forma de cilindro. No tardaron en aficionarse a este hábito tan extendido hoy día.

Tanto fue así que de vuelta a su lugar de origen seguía disfrutando de sus cigarrillos nativos y era bastante habitual verle fumar mientras caminaba por la calle, lo que provocó las murmuraciones de los demás y las sospechas de que había sido poseído por el demonio. Tras estos rumores, como no, acudió la Inquisición y condenó al bueno de Rodrigo a varios años de cárcel simplemente por fumar.

Rubén Blasco

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