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El 20 de junio se celebró el Día Mundial delx Refugiadx. Unos días después asistimos al Día del Orgullo LGBTI. Un momento idóneo para preguntarnos qué sucede cuando ambas circunstancias se entrecruzan en la trayectoria vital de una persona, teniendo en cuenta el papel de España como centinela europea para contener las olas migratorias africanas, así como que la homosexualidad continúa siendo considerada delito en más de 70 países del mundo, la casi totalidad de ellos en África y Oriente Próximo.

Comencemos sentando las bases conceptuales que nos proporciona la web del Ministerio del Interior del Gobierno de España[1]. De forma sucinta, las medidas de protección internacional, dentro de la cual se comprende el derecho de asilo, garantizan, como mínimo, no expulsar del país de destino ni devolver al país de origen a aquellas personas a quienes se les haya reconocido dicho derecho. ¿Cómo puede alguien convertirse en asiladx? Se le reconoce legalmente tal condición a quien, literalmente, ‘debido a fundados temores de ser perseguidx por motivos de raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, pertenencia a determinado grupo social, de género u orientación sexual, se encuentra fuera del país de su nacionalidad y no puede o, a causa de dichos temores, no quiere acogerse a la protección de tal país, o al apátrida que, careciendo de nacionalidad y hallándose fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, por los mismos motivos no puede o, a causa de dichos temores, no quiere regresar a él’.

Las noticias más recientes que he localizado al respecto del asilo por orientación del deseo -un artículo[2] del pasado mes de mayo de Laura Delle Femmine para el periódico El País, así como otro artículo[3] de Erika Rojas en la web Segundo Enfoque- señalan que las solicitudes por persecución por orientación sexual han aumentado notablemente en España en los últimos tiempos, según ACNUR -Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados-, si bien es difícil dar con datos exactos ya que, curiosamente, el Ministerio no los desagrega en función del motivo. En la mayoría de los casos, se trata de personas procedentes de Marruecos, Argelia, Gambia y Camerún -y también de Venezuela y países centroamericanos-. No es de extrañar la importante afluencia desde latitudes africanas, atendiendo al último mapa[4] de la criminalización de la homosexualidad diseñado por la ILGA -Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex, es decir, la federación mundial de organizaciones nacionales y locales dedicadas a lograr la igualdad de derechos para las personas LGBTI-, también del pasado mayo de 2017. Y tampoco sorprende esta noticia, atendiendo a que España goza de una marcada fama internacional gayfriendly y de pionera en procedimientos de asilo para el colectivo LGTBI -admitiendo casos incluso antes de que fuesen legislados en 2009-. Pero este esperanzador arcoíris que se divisa desde el sur al acercarse a las costas españolas se desvanece conforme nos aproximamos a su realidad legislativa, puesto que alberga grandes obstáculos, ambigüedades y vacíos que afortunadamente comienzan a denunciarse.

El HRW -Human Rights Watch, es decir, el Observatorio de los Derechos Humanos-, la más destacada ONG dedicada a la investigación, la defensa y la promoción de los derechos humanos, denunciaba[5] en su web a finales de abril las injusticias padecidas por lxs solicitantes de asilo por razones de diversidad sexual y de género en los enclaves españoles norafricanos, y especialmente en Ceuta. De ello se hacía también eco[6] la web DosManzanas, que pretende difundir las principales noticias relacionadas con la comunidad LGTB en los ámbitos político, social y cultural.

El CETI -Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes-, que depende del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, es la institución que acoge a lxs migrantes llegadxs a Ceuta de forma ‘irregular’. Este centro, pensado para estancias breves y con capacidad para 512 personas, alojaba en marzo a 943 personas, que obviamente se ven privadas de los servicios y atenciones que el derecho español les reconoce. De estas 943, cerca de 80 personas son solicitantes de asilo, y de entre ellas, unas 10 por hostigamiento en sus países de origen por identidad de género u orientación afectivosexual. Algunxs accedieron a entrevistarse con HRW para confesar que, incluso habiendo podido dejar atrás el rechazo, el acoso y los ataques familiares, comunitarios y policiales que sufrían, manifestaciones de la homofobia legalmente consentida por Marruecos y Argelia, su situación actual distaba de ser idílica: el procedimiento para la aprobación de la protección internacional puede dilatarse por más de un año, durante el cual las políticas españolas prohíben a lxs migrantes circular libremente y trasladarse desde Ceuta hasta la península -exceptuando a lxs migrantes sirixs-. Así pues, lxs futurxs asiladxs LGBTI se ven indefinidamente recluidxs en el CETI, donde al convivir con otrxs residentes que proceden de las mismas culturas intransigentes con la desviación de la cisheteronorma, se ven nuevamente convertidxs en punto de mira predilecto para las amenazas, vejaciones y agresiones.

La primera reacción al conocer estas realidades es eminentemente etnocéntrica: la transhomofobia africana como indicadora de su estancamiento social y su incapacidad cultural para ‘evolucionar’ en el reconocimiento de los derechos de/a las minorías… pero, ¿qué sucede en el gayfriendly estado español? La ILGA arrojó el pasado 17 de mayo, Día Internacional contra la LGTBIfobia, su informe anual sobre la situación de los derechos de las personas LGBTI, que estudió en un artículo[7] el diario Noticias de Navarra. En 2010 -año de redacción del primer informe-, España ocupaba el quinto puesto en el ranking europeo, en 2011 ascendió hasta el segundo, en 2012 bajó al tercero, en 2013 siguió cayendo hasta el quinto, remontó en 2014 nuevamente hasta el tercero, en 2015 salió del ‘top five’ pero volvió a ocupar el quinto lugar el pasado 2016… y en el actual 2017, se ha desplomado hasta el noveno lugar. Jesús Generelo, presidente de la FELGTB -Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales-, ha llegado a afirmar que la única razón por la España no ha bajado aún más es porque varias comunidades autónomas están aprobando legislaciones específicas, mientras que el gobierno central permanece inactivo y ha dejado de ser un referente hace años. ¿Podemos detectar señales de este declive en el modo de gestionar el asilo por cuestiones de género y sexualidad?

Por un lado, el HRW denuncia que negar el libre movimiento hacia la España peninsular y mantener en espera en los apenas 18’5 kilómetros cuadrados ceutíes, además de poner en peligro la integridad, tiene el efecto -¿o el propósito?- de disuadir a estas minorías de sus aspiraciones de asilo. La alternativa es renunciar a ello, ya que, en este caso, irónicamente, se es rápidamente trasladadx al interior continental para gestionar la deportación, y si bien en este momento sigue existiendo la posibilidad de solicitar la protección internacional, se hace ya con una orden de expulsión emitida. El resultado, efectivamente, es que numerosxs migrantes no pueden resistir las vulneraciones de sus derechos en el CETI y en las inmediaciones de Ceuta y Melilla, y desisten en la lucha por su reconocimiento como asiladxs. Junto a la ILGA y el HRW, la CEAR -Comisión Española de Ayuda al Refugiado- lleva años criticando las problemáticas específicas de las personas LGBTI que reclaman protección internacional, e insistiendo en sus urgentes necesidades concretas: habitaciones individuales, traslados a centros más pequeños, capacitación específica para el personal y acceso a organizaciones y redes de apoyo LGBT. Ninguno de estos servicios puede ofrecerse ni en el CETI ni en Ceuta y Melilla, pero no hay cambios en la normativa, pese a que la Directiva de Acogida de la Unión Europea, vinculante para España, exige que los países de la UE tomen medidas para prevenir la agresión y el acoso sexuales en los centros de acogida, y pese a que el Defensor del Pueblo y ACNUR hayan subrayado en repetidas ocasiones que el centro de Ceuta, así como el de Melilla -preparado para hospedar a 480 personas pero que acoge a 880, de las cuales 350 demandan asilo a España, alegando 50 de ellas persecución por identidad de género u orientación sexual-, no son aptos como centros de acogida para solicitantes de asilo.

Por otro lado, el funcionariado que ‘objetivamente’ evalúa si lxs posibles asiladxs corren un peligro real en sus lugares de origen, en ocasiones carece de herramientas, conocimientos y sensibilidad para comprender el alcance real de la amenaza lgbtifóbica, en el mejor de los casos, y tal y como nos recuerda la FELGTB, en el peor de ellos, aplica criterios de evaluación estereotipados y sesgados por la propia homofobia de nuestra cultura, con innegables raíces patriarcales que aunque parezcan sutiles, emergen a la luz en estos casos, con consecuencias nefastas. Veamos varios ejemplos.

El primero: Paloma Favieres, coordinadora de servicios jurídicos de la CEAR, aclara que la ley exige indicios de tener un temor fundado a la persecución, pero no una ‘prueba’ de la orientación sexual; sin embargo, ya en 2014 el Tribunal de Justicia de la UE tuvo que pronunciarse para condenar las entrevistas que trataban de averiguar prácticas sexuales concretas… aunque sin llegar a fijar un protocolo a seguir respetuoso con la dignidad y la intimidad de lxs solicitantes.

Otro ejemplo: Gabriela López, psicóloga del centro de la Fundación Merced Migraciones, lamenta que cuando se ha podido trabajar con lxs refugiadxs para gestionar sus traumas y prepararles para contar sus historias, que en ocasiones no se atreven a verbalizar porque proceden de entornos donde ni siquiera se puede mencionar el homoerotismo, quizás hayan perdido su oportunidad para convencer a las instituciones de que necesitan protección.

Otro ejemplo más: la web DosManzanas, en el reciente agosto de 2016, atraía[8] la atención y el sentido crítico sobre lxs intérpretes de lxs migrantes, basándose en un caso de 2007, pero que no es de extrañar que haya sucedido y suceda en más ocasiones. Se trata de una mujer lesbiana a la que dos intérpretes -uno de ellos de la misma CEAR-, con quienes compartía origen marroquí, se negaron a traducir los detalles de su historia alusivos a su sexualidad por considerarla ‘vergonzosa’, obstaculizando y poniendo en peligro su solicitud de asilo por persecución por sus inclinaciones eróticas.

Y un último ejemplo: la misma web DosManzanas, hace también menos de un año, criticaba en un artículo[9] que, a pesar de la falta de datos oficiales, pero amparándose en informaciones de ACNUR y CEAR, aunque las demandas de asilo por orientación afetivosexual y/o identidad de género sean ingentes, en un alto porcentaje de los casos son rechazadas, siendo la principal razón el ‘criterio de la discreción’: parece que en numerosas ocasiones lxs profesionales pertinentes han estimado que, pese a estar las personas LGTBI perseguidas por la ley en sus países de origen, sus vidas no corren peligro si son capaces de sobrellevar ‘discretamente’ su orientación sexual y/o identidad de género… así que no hay necesidad de asilarles. Elena Muñoz, abogada de CEAR -recogía otro artículo de fecha similar en ElDiario[10]-, cree que la aplicación de este criterio no oficial ha disminuido pero no se ha extinguido del todo, y que se trata de una forma de despreocuparse de determinadxs seres humanxs, a la vez que de un modo indirecto de invitar a las víctimas a no hacer de la diversidad sexual una cuestión pública, de preocupación estatal o de lucha política en sus países de origen.

Y esto es solamente la punta del iceberg. Bienvenidxs al paraíso gayfriendly.

Salmacis Ávila

Referencias

  1. http://v.uecdn.es/p/108/sp/10800/thumbnail/entry_id/0_ziuwfv8j/version/100001/height/402
  2. https://cdnmundo1.img.sputniknews.com/images/103201/35/1032013570.jpg
  3. http://e03-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2016/04/16/14607909835140.jpg
  4. http://ep01.epimg.net/politica/imagenes/2016/12/26/actualidad/1482779194_735124_1482779662_noticia_normal.jpg

Links consultados por última vez el 11/06/2017

[1]http://www.interior.gob.es/web/servicios-al-ciudadano/extranjeria/asilo-y-refugio/concepto

[2]http://internacional.elpais.com/internacional/2017/05/11/actualidad/1494523579_137443.html

[3] http://segundoenfoque.com/espana-asilo-para-perseguidos-por-orientacion-sexual-09-349497/

[4]http://ilga.org/downloads/2017/ILGA_WorldMap_SPANISH_Criminalisation_2017.pdf

[5] https://www.hrw.org/es/news/2017/04/28/espana-solicitantes-de-asilo-lgbt-sufren-abusos-en-enclave-del-norte-de-africa

[6] http://www.dosmanzanas.com/2017/04/human-rights-watch-denuncia-la-situacion-de-los-solicitantes-de-asilo-lgtb-en-ceuta-y-pide-su-traslado-a-la-peninsula.html?utm_source=relacionado

[7] http://www.noticiasdenavarra.com/2017/05/17/sociedad/estado/espana-cae-hasta-el-noveno-puesto-europeo-en-la-clasificacion-sobre-derechos-de-personas-lgtbi-

[8] http://www.dosmanzanas.com/2016/08/la-mediacion-linguistica-en-el-proceso-de-asilo-politico-a-personas-lgtb-un-eslabon-muy-importante.html?utm_source=relacionado

[9] http://www.dosmanzanas.com/2016/08/el-tribunal-supremo-obliga-a-interior-a-dar-asilo-a-un-camerunes-perseguido-por-su-orientacion-sexual.html?utm_source=relacionado

[10] http://www.eldiario.es/desalambre/Gobierno-denegado-LGTBI-alegando-discretos_0_532647450.html

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